sábado, 4 de mayo de 2024

Si dice "ven"... vuelvo.

En una de nuestras tantas conversaciones, le había comentado una idea que hacía tiempo me estaba dando vueltas por la cabeza. Él sólo dijo una palabra: “Ven...”

Me presenté sin ningún tipo de expectativas. En cierta manera me sentía en deuda y deseaba satisfacer sus fantasías... o que Él cumpliera alguna de las mías; porque no sabía cómo pero Él sabía qué y en qué modo.

Esa noche fui al piso donde siempre nos habíamos encontrado. Cuando llegué todo estaba iluminado sólo con velas y el ambiente perfumaba a violetas. Sabía que estaba sentado en su ángulo favorito, observándome. Lo sentía. Pero no estábamos solos.

Tranquila, él sólo será un expectador silencioso. –me dijo con el más sereno timbre de voz.

¿Cómo haces para saber siempre lo que estoy pensando? –no lo veía, pero sabía que sonreía con mi pregunta.

Sabía perfectamente qué hacer. Me acerqué a la pared que tenía detrás, quitándome el tapado y quedándome sólo con la lencería. Alcé los brazos y apoyé las palmas de las manos a la pared con las piernas abiertas, la espalda enarcada, las caderas levantadas  y el culo expuesto.

Se detuvo detrás de mí, lo sentía apenas rozándome la espalda. Sus manos se apoyaron en las mías y comenzaron a bajar lentamente acariciándome los brazos, los costados, el vientre, las piernas...

Sentía la respiración de aquel desconocido que nos observaba. No sé quién podía ser, si lo conocía siquiera, pero debía admitir que me excitaba saberme observada mientras Él me poseía.

Me giró hacia Él y su mirada me hizo comprender qué deseaba. Le desabroché la camisa y se la quité. Apoyé mis labios en su pecho. Su ritmo era sereno -admiro el control que tiene de si mismo. Bajé la cremallera de sus pantalones y sentí su miembro hinchado, pulsando. Metí mi mano en sus boxers, prestando atención a no lastimarlo con mis uñas. Lo acaricié dulcemente.

Volvió a colocarme contra la pared, en la posición del inicio. Me quitó el sujetador. Se acercó lo suficiente como para sentir su sexo apretándose contra mi culo. Comenzó a acariciarme el seno, primero suavemente y luego con fuerza. Me pellizcó los pezones, se los llevó a la boca... los besó, los succionó, los mordió hasta hacerme temblar.

Me sentía toda mojada y es que me había excitado a tal punto que temía correrme en cualquier momento.

Me tomó de la mano, llevándome hacia la habitación. Hizo que me arrodillase en el borde de la cama. Abrió mis piernas, mis muslos y sentí sus dedos lubrificándome. Los introdujo en mi sexo y en mi culo. No pude evitar gemir, y cerré los ojos. En ese preciso instante sentí cómo me penetraba de forma bestial, fuerte y contundente. Intenté girarme, pero para mi sorpresa, estaba delante de mí. Me sujetó el rostro desde el mento, abriéndome la boca con su pulgar. Lograba ver la satisfacción en sus ojos mientras su sexo ocupaba toda mi boca. Empujó mi cabeza dictando el ritmo que más le gustaba. Mientras, el desconocido continuaba con sus embestidas por detrás.

Ya no pude pensar en nada. Él dominaba la situación... y a mí.

No logré detener mis espamos y me corrí. En ese preciso instante sentí cómo el desconocido se liberaba de su caliente esperma en mi espalda. Él se vació en mí, me llenó la boca, haciendo que bebiera hasta la última gota.

(...)

Creo haberme dormido. Recuerdo que escuché rumores, alguna conversación desde el otro lado. Se había deshecho del desconocido. Intenté alzarme de la cama cuando Él entró y se detuvo a observarme.

¿Dónde crees que vas? ...–me preguntó con esa pizca de perversión en la mirada.

Se dirigió hasta un mueble y abrió el primer cajón. Extrajo algunos de sus juguetes y se giró...

…esto apenas ha comenzado, Nena. -y sonrió.

2 comentarios:

  1. Cuando el llamado llega no se puede dudar porque en la duda te pierdes de lo mejor, y si ese llamado provoca un retorno que trae a la vez el placer como satisfacción, doblemente mejor. Muchas gracias por elegir mi propuesta para retornar a este espacio especial.

    Besos dulces Misthy y dulce fin de semana ;)

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    1. Es difícil resistirse a Tu llamado y lo sabes... aunque también tenía deseos de jugar, ya me conoces.

      Mi beso, Caballero... un placer haber vuelto y que Tú me acompañes.

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