“(...)
¿Se siente
bien, Sir? Noto que tiene un humor vagamente vacilante.
No es el
humor. Es que este tramo de vida es particularmente accidentado.
Sir, no
hay percurso siniestro que no se pueda enfrentar con un buen equilibrio emotivo.
Pero ¿si
lo pierdo, el equilibrio?
Dicen que
un buen modo para reencontrarlo sea extender los brazos.
¿Para no
terminar en tierra?
Para alzarse
en vuelo, Sir.
(...)”